Iglesia Mariana

La Iglesia Mariana crea un lugar de culto estrechamente ligado a la Naturaleza. El diseño conecta a la Iglesia con el entorno, incorporando la topografía y el clima en la experiencia de ocupar un espacio sagrado. Las colinas existentes que flanquean la Iglesia se utilizan para crear un anfiteatro natural donde la gente puede sentarse y escuchar los servicios litúrgicos. Este anfiteatro al aire libre mira hacia el jardín interior, conectando la capilla de adoración, la sacristía y las hacitaciones de los sacerdotes con la sala principal de congregación. La Iglesia aprovecha la inercia térmica de los jardines y maximiza los vientos dominantes, lo que resulta en una construcción que se enfría de forma pasiva sin necesidad de aire acondicionado. La distribución de los jardines en relación a la pendiente establece un sistema de terrazas que retienen el agua de lluvia y evitan las inundaciones en el lugar.

Las dramáticas bóvedas de la sala de congregación conectan la Iglesia Mariana Filinvest con la larga historia de la arquitectura sagrada durante los períodos gótico, románico y renacentista. La luz natural entra en la Iglesia a través de las claraboyas situadas entre cada bóveda de una manera juiciosa y delicada, lo que acentúa la relación entre el altar y los feligreses. Los visitantes entran en la Iglesia desde múltiples puntos y fluyen suavemente a lo largo de los terrenos de la Iglesia, creando de su propio viaje espiritual a medida que llegan a la sala de la congregación.